San Bernardo, 1970. En una noche de borrachera Jaime, un veinteañero solitario y narcisista, acuchilla a su mejor amigo en un aparente arrebato pasional.
Condenado a prisión conoce a El Potro, un hombre mayor y respetado, a quien se le acerca develando una profunda necesidad de cariño y revelando, a la vez, su feroz deseo de reconocimiento. Juntos establecen una estrecha relación de “amor negro”, como le llaman en la cárcel, lo que le permitirá a Jaime, ahora “El Príncipe”, descubrir los afectos y lealtades, enfrentando al mismo tiempo las luchas de poder tras las rejas.